“Con Clásicos Contemporáneos hemos ganado ser dueños de nuestro camino”

“Hay que buscar la oportunidad no solo porque debemos generar trabajo y construir juntos, sino porque el trabajo que te llega no siempre lo hace en las mejores condiciones, ni económicas, ni artísticas”

A la historia reciente del teatro en Sevilla y Andalucía está muy ligado el nombre de Josu Eguskiza. Vasco de nacimiento y sevillano de adopción, el teatro fue algo que nada más probarlo, en un taller en el instituto, entendió que iría unido a su vida para siempre. Y aunque su madre intentó quitarle la idea de la cabeza e incluso, a veces, ha pensado en tirar la toalla, se ha mirado al espejo y se ha dicho: “¿Dónde vas Josu con la edad que tienes? Si tú no sabes hacer otra cosa que no sea actuar”.

Formado en la ESAD de Sevilla ha trabajado con los mejores, como José Carlos Plaza, Ricardo Iniesta, Pepa Gamboa, Carlos Álvarez Ossorio, Juan Dolores Caballero El Chino…, directores y dramaturgos que le confiaron personajes de toda índole, desde textos clásicos a los más contemporáneos. Ha sido promotor y precursor de proyectos Teatro Clásico de Sevilla o ProyectoHandke, y desde 2010 es la cabeza visible y motor de Clásicos Contemporáneos, compañía que tiene ya cuatro espectáculos a sus espaldas y que está en pleno proceso de producción de una nueva versión de Otelo bajo la dirección de Julio Fraga.

En plena crisis nació la compañía, algo que puede parecer de locos… Pero es que Josu Eguskiza no quiere permanecer en la queja: “No hay más tiempo para la queja. Hay que actuar…”. Es cierto que la cosa está fatal, explica, y que existe una alta dependencia de las instituciones: “El tejido teatral en España está herido de gravedad. Pero en vez de lamentarse hay que aprender de las estructuras que funcionan, aprender de los que lo están consiguiendo. Hay que salir de la zona de confort y adaptarse a nuevos tiempos, como ya hacen algunos. Aprender de ellos sin perder nuestra identidad y nuestro sello”.

“Hay que buscar la oportunidad no solo porque debemos generar trabajo y construir juntos, sino porque el trabajo que te llega no siempre lo hace en las mejores condiciones, ni económicas, ni artísticas”, asegura el actor, que también considera que a veces, “incluso tienes que decir que sí a lenguajes o directores que te pueden gustar como espectador, pero en los que no te encuentras como actor. Y eso te lleva a la necesidad de ser dueño de tu propio trabajo y finalmente crear tu propia estructura para trabajar con quien quieres”.

Para ello se ha rodeado de un equipo de grandes profesionales, como Julio Fraga en la dirección o Juan Ruesga en la escenografía, porque si hay algo en Andalucía es un gran número de profesionales con “un talento arrollador”. De esta forma, Clásicos Contemporáneos pretende apostar por un espectáculo de calidad, ya sea en pequeño formato o con más envergadura, pero donde el buen hacer sea un sello que el púbico reconozca en ellos.

Otelo, nuestra mayoría de edad

Con su próximo espectáculo, Otelo de William Shakespeare, la compañía quiere dar un salto: “Crecemos, llegamos a nuestra mayoría de edad”. El montaje dirigido por Julio Fraga con escenografía de Juan Ruesga, sin dejar a un lado el injustificable y trágico final de Desdémona, tendrá como punto de partida la corrupción y el tráfico de influencias: “Tenemos el mejor actor español para encarnar ahora mismo a un Otelo en nuestro país, que es Antonio Dechent. No quiero ni imaginar lo potente que será ver a Antonio en la piel de Otelo.”

Pero además hay otros proyectos, como Muerte y captura de Bin Laden, un texto desconocido del dramaturgo andaluz José Luis de Blas que se podrá ver en el Teatro Central de Sevilla, “un lugar que es un templo del teatro para mí”, confiesa Josu Esguskiza. Se trata de una propuesta en un formato pequeño, que le sigue interesando a nivel artístico: “Me encuentro muy satisfecho en él. Estoy menos condicionado por las leyes del mercado y por tanto hay cierta libertad, que no tenemos con otros espectáculos, para poner en duda la presunción de veracidad de todo lo que nos rodea”.

Cuando le preguntamos si algún día dará el paso a la dirección o escritura, lo tiene claro: “A veces me gustaría no tener carnet para no conducir. Me gusta delegar. Yo lo que soy es actor y quiero actuar y quiero hacerlo en unas condiciones idóneas para poder disfrutar de los procesos y las funciones, aún sabiendo lo sacrificado que es este oficio. Y sabiendo que a veces nos podemos equivocar, pero hay que arriesgar, porque si algo hemos ganado en estos años con Clásicos Contemporáneos es libertad, que es muy necesaria para los creadores en esta profesión, ser dueños de nuestro camino”.

 

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