“Corren tiempos peligrosos para la humanidad, la corrupción es una lepra que se extiende por toda la sociedad como un pecho que amamanta a un cáncer, la prevaricación y falta de ecuanimidad reina en los palacios de justicia, parlamentos y en el ejercito, la sociedad se pudre lentamente desde lo mas íntimo…!” _ Julio Fraga
El estreno del espectáculo Otelo, de la compañía Clásicos Contemporáneos, dio el el sábado 8 de julio el pistoletazo de salida en el Festival de Teatro Clásico de Peñíscola. El Patio de Armas de la fortaleza del Papa Luna colgó el cartel de “no hay billetes” para presencia este nueva y renovada versión de Otelo, con dirección de Julio Fraga, un drama sobre la crítica al poder, la corrupción, la venganza, el racismo, el clasismo y el machismo…
Con un elenco compuesto por Antonio Dechent, Josu Eguskiza, Rocío Hoces, Estrella Corrientes, Paco Luna, Juanlu Corrientes, F.M. Poika y Paz de Alarcón, Clásicos Contemporáneos ha adaptado Otelo con criterios propios, reduciendo el número de actores y personajes. Las nuevas tecnologías aplicadas al ámbito de la escena tienen una gran importancia en esta versión de Otelo, combinando la palabra y la acción dramática con la imagen, el espacio sonoro y el silencio.
Otelo es uno de los grandes dramas de William Shakespeare (1564-1616), en el que Otelo, general moro al servicio de Venecia, consigue el amor y la mano de Desdémona, una noble veneciana. Yago, despechado porque Otelo ha nombrado su lugarteniente a Casio y no a él, trama su venganza. Ante un ataque de los turcos, Otelo es enviado a Chipre y viaja con su mujer, Yago, Casio y Rodrigo, pretendiente enamorado de Desdémona, y Emilia, esposa de Yago. Entre toda una serie de intrigas, finalmente Otelo es presa de las dudas, se convence de que su esposa le es infiel y la asesina. Una vez que se da cuenta de su error, Otelo se suicida, mientras Yago ha matado a su propia esposa por revelar su plan y cae en manos de la justica.
“A la hora de abordar esta versión libre del clásico hemos trabajado sobre seis elementos esenciales: la crítica al poder, la corrupción, la venganza, el racismo, el clasismo y el machismo… Esas son las claves de nuestro espectáculo”, explica el director Julio Fraga, que afirma que ha querido quedarse con la esencia de la duda, “pero una duda nada existencial como ocurre en Hamlet, sino que este Otelo tira de vísceras y envenena todo pensamiento limpio hasta pudrirlo y cuando ya no hay más remedio la amputa como redención sin venganza sobre el que emponzoña sino sobre uno mismo, que es en definitiva víctima y verdugo sus propias acciones. En resumen este es mi Otelo: la duda”.
“No queremos ser ajenos a la evolución técnica de la expresión escénica, por lo que uno de los riesgos de la propuesta será la comunión dramatúrgica de la palabra y la acción con la imagen, el espacio sonoro y el silencio vistos también como motor de la acción dramática”, señala Julio Fraga.